19 abril 2021

Una primera aproximación al estudio del Derecho Romano

 


Comenzamos nuestra andadura por los caminos del sistema jurídico romano trayendo una de las frases de este gran jurista y filósofo, destacado orador, conocido entre otras muchas cosas por haber llevado a cabo una de las más legendarias batallas forenses de la historia: "las catilinarias".

La época que le tocó vivir, finales de la República romana, es una de las más turbulentas. Conjuraciones en la sombra y batallas callejeras son ya el preludio de un cambio de régimen en pleno descomposición. Es el germen del poder personal que está a punto de nacer. Un poder personal que va a convertir a Roma en "la señora del mundo", como la calificó Marcial, poeta de Bilbilis.

Pero remontémonos al año 753 antes de nuestra Era. Entre siete colinas, un pequeño poblado está surgiendo. Chozas de barro y ramaje en la cima de una de esas siete colinas están configurando el origen de la Ciudad Eterna.

Desde entonces, y a lo largo de más de trece siglos, el sistema de normas que aquel pueblo comenzó a elaborar llegó a tal perfección que en nuestros días todavía sigue vigente. Materias bien conocidas por el alumno de Derecho como "Derecho Civil" o "Derecho Penal" no son más que proyecciones perfeccionadas de los históricos "ius civile" e "ius poenale", creación del genio jurídico romano.

Este blog no pretende más que acercar al alumno que comienza su singladura por esta noble Ciencia. Aproximarle a través de anotaciones y comentarios a la esencia de este sistema jurídico del cual tanto tenemos que aprehender e interiorizar...el Derecho Romano.

En la vida romana, el jurista era un ciudadano de clase noble. Tanto en su casa como en el foro respondía a las preguntas de todos aquellos que necesitaban consejo jurídico. A estos juristas sólo les importaba aquellas reglas claras, sencillas y precisas que servían pare solventar aquellos problemas que se les planteaban. Aquí reside la grandeza del Derecho romano: el pensamiento y la idea de que el derecho no puede ser originalidad y elegancia, sino más bien justicia y oportunidad.

Y, por supuesto, no puede faltar aquí un breve pero respetuoso recuerdo de quien fue uno de los más reconocidos estudiosos del Derecho Romano, fallecido hace unos meses. El Catedrático Don Manuel Jesús García Garrido, primer Rector de la UNED, de quien no tuve la suerte y fortuna de ser discípulo suyo, pero sí incansable y entusiasta alumno a distancia.



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